«Recuerdo cómo me entregaba al castigo con una dicha casi mística, y con la fe de quien vive su consagración..
En mi imaginación, enardecida y turbada por aquella sucesión de miedos, dolores y placeres entremezclados, ya no era capaz de establecer la diferencia entre estos y aquellos. Acudían a mi mente numerosas imágenes de sacrificios, quería ser el cordero sacrificado en el altar. A cada nuevo golpe me sorprendía susurrando un “gracias” sin que me importaran lo más mínimo los daños en mi piel, ni que mi sangre se derramara o que las piernas me flaquearon. Confiaba porque con cada azote recuperaba la consideración de mi Amo, me convertía en una esclava digna de ese nombre y digna de su Amo.
Y no hay en este mundo mayor dicha para una esclava que sentirse apreciada. Es casi lo mismo que ocurre cuando se ama, pero con el aliciente de una emoción vertiginosa…»
25 Ago
Cuenta nueva. Otra vez. Un señor perverso que tenía una cadena. 50's. Hetero. Siempre abierto a conversar. No me interesa tu Of. Pregunta lo que quieras.
19 posts