Gabriel Agreste really just out their throwing his son off of a building, for the SECOND TIME
Dazai Osamu y Fyodor Dostoievski, dos personas aparentemente sin relación, cada uno proveniente de un país, una cultura y una época distinta que, sin embargo, tienen muchas similitudes en su forma de escribir y pensamiento, si bien enfocado de dos formas completamente distintas, ambas enfrentadas en una serie de manga/anime llamada Bungou Stray Dogs. Allí, nos les presentan como las dos caras de una misma moneda, como dos mentes al mismo nivel y fuera del alcance del resto…. Ahora bien, ¿fue así en la vida real?
Antes de empezar con esta cuestión principal, vamos a ir primeramente a las bases de cada uno de los autores y su pensamiento, para después pasar a la escena en la que se encuentran cara a cara en el anime/manga por primera vez.
Del trabajo del escritor ruso Fyodor Dostoievski (Moscú, 11 de noviembre de 1821 – San Petersburgo, 9 de febrero de 1881), podemos extraer la idea del existencialismo, objeto principal de muchas de sus novelas más famosas: Crimen y Castigo (en la que nos enfocaremos en este artículo), Memorias del subsuelo, Los endemoniados, Los hermanos Karamázov y El idiota. Con motivo de este artículo nos centraremos en la primera, la que da nombre a su habilidad en BSD: Crimen y castigo. En ella se nos presenta a un pobre hombre, Raskolnikov, un estudiante de San Petersburgo que ha puesto en paro sus estudios y las clases que daba para subsistir, y vive sin rumbo, casi sin nada para pagarse su manutención ni su ropa, sobreviviendo gracias al dinero que le mandan su madre y su hermana desde su pueblo natal. Este personaje, cuando los tiempos aprietan, suele ir a la casa de una vieja usurera que vive con una hermana más joven que ella, y empeñar cualquier cosa de valor para poder sobrevivir un poco más. La novela comienza justo en una de estas ocasiones, y se nos relata un pensamiento que al que el joven lleva dando vueltas durante bastante tiempo: matar a la usurera. Dicha mujer es una persona despreciable, amoral y que roba a los demás, dando menos dinero que el bien empeñado, pero al ser el último recurso para muchos, todos claudican ante ella. Por esa situación, y creyéndose superior al resto, Raskolnikov finalmente accede a matarla, argumentando que sería un bien para toda la sociedad y que le coronarían como aquel que acabó con la vieja, pues repartiría el dinero que encontrara en su casa entre los pobres. Además, “él no era como los otros hombres que asesinaban y después les entraba el miedo”, sino que él se mantendría firme y, aunque le descubrieran (que por supuesto no le iban a descubrir), el habría cumplido su papel de “Robin Hood” y todo el mundo le aclamaría como a un salvador. Él, a diferencia de otros hombres anteriores, no se iba a arrepentir.
Esta mentalidad se pone de manifiesto en el protagonista desde el principio, pero no será hasta la mitad de la novela donde se explique dónde verdaderamente reside la idea principal, con la división de la sociedad por Raskolnikov en seres humanos “ordinarios” y “extraordinarios”, concepto que se puede ligar con el “Superhombre” de Nietzche, contemporáneo de Dostoievski, y que dijo de él que «Dostoievski, el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida». Los hombres “ordinarios” sirven simple y llanamente para perpetuar la especie mediante su reproducción. Por tanto, la mayoría de los hombres son ordinarios, pero hay algunos (los “extraordinarios” o “superhombres”) cuyo valor es impulsar a la humanidad hacia delante y hacer que avance, literalmente “moviendo el mundo hacia delante y haciéndolo girar”, aquel que rompe con todas las tradiciones morales y es capaz de matar para hacer que el mundo llegue a un bien común (véase Napoleón como ejemplo, alguien que está por encima de la justicia y puede hacer lo que le plazca, incluso matar, pero seguirá siendo aclamado como un héroe). La sociedad, por tanto, le permite matar y ser amoral a cambio de ese bien común y esos avances prometidos (si bien al final, según Fyodor, este también será enjuiciado por el propio pueblo que lo encumbró).
Os dejo el fragmento de Crimen y castigo en el que aparecen los hombres “ordinarios” y “extraordinarios”, por si queréis echarle un vistazo.
Según Nietzsche, los avances tecnológicos e industriales del siglo XIX (producidos en el mundo físico) conducirían a la sociedad de ese siglo, tan dependiente de los valores y principios promulgados por el cristianismo (mundo espiritual), a un escepticismo acerca de este último, el cual culminaría en el Nihilismo, en dejar a esos principios morales cristianos (la idea del bien y del mal) de lado y no creer en nada más allá de lo físico, de lo material, de lo visible. Aquel que superara ese Nihilismo y creara unos nuevos valores a partir de la “moral de los señores”, que promulgaba el conocimiento por encima de la moral, superando la moral de los siervos de pertenecer al rebaño, sería el nuevo “superhombre”, por encima del resto de los animales que hasta entonces habían sido los hombres. Dios, por tanto y como dice Nietzche, “ha muerto” (los valores del cristianismo y la moral que promulgaba ya no existen), siendo el “Superhombre” el que impone los nuevos valores por los que se regirá la sociedad, adoptando él mismo el papel de “Dios”.
Esto ya va recordando un poco a Fyodor Dostoievski, el de Bungou Stray Dogs. Si os fijáis, en las escenas en las que aparece está siempre asociado a “Dios” o “demonio” (dependiendo de según que perspectiva acerca de él tengan los personajes que hablan, pues dependiendo del bando, lo que para unos es un salvador para otros no lo es tanto; véase Napoleón, al que tanto Fyodor o Nietzsche ponían como ejemplo de su pensamiento). Pero él se ve a sí mismo como el nuevo Dios que salvará a la humanidad, aunque tenga que convertirse en el mismo demonio (desde el punto de vista de la moralidad cristiana y, por tanto, como le ve el resto del mundo) para conseguirlo.
Literalmente en la segunda pone “Si Dios no existe” (y arriba, “atribuir pecados es el trabajo de Dios”). Si Dios no existe, yo me convertiré en él.
Dazai (abajo) le llama “demonio”.
Dazai a Tatsuhiko Shibusawa en Dead Apple: “¿Quién te salvará? ¿Un ángel o un demonio?” Ambos términos en referencia al papel de Fyodor (aparece justo después de que Dazai pronuncie esta frase) en la peli, que al final “salva” a Tatsuhiko mediante la muerte, como hizo con Karma (abajo).
Escena en la que Fyodor mata (”salva”) a Karma, quien establece este monólogo: “Este mal… ¿a quién salva? ¿Incluso a las malas personas como nosotros?” La providencia divina salva a todos, creyentes o no, porque quiere lo mejor para la humanidad según su moral.
Fyodor quiere reescribir la realidad en el Libro Blanco de las habilidades, quiere literalmente “reescribir la moral” por la que se rige ese mundo, haciendo lo que a él le parece mejor para que la sociedad avance: eliminar las habilidades, eliminar esa mentalidad de siervos y señores (si os fijáis, todo lo que ocurre en este mundo lo dictan “los señores”, la gente con habilidades, siendo la gente sin ellas como un rebaño a merced de los que tienen poderes), prevaleciendo él como “Superhombre” y “extraordinario”, salvando a la humanidad de su “pecado”, de esa mentalidad de ovejas y de esclavos a merced de unos pocos señores.
Como conclusión, si bien ninguno de los personajes de Crimen y Castigo se parece como tal al personaje de Fyodor en el anime, la idea que promulga el libro sí, estableciéndole a él como un hombre “extraordinario” (un Dios o un demonio), para el que la moral cristiana ya no significa nada, matando a quién sea para que la nueva moral que quiere imponer se pueda cumplir y salve a la humanidad (Un poco Light el de Death Note, también os digo, que tiene los mismos objetivos y la misma mentalidad).
Sin embargo, sí hay un personaje de Crimen y Castigo muy parecido a Dazai, Porfiri Petróvich, el juez encargado de la investigación del asesinato de la usurera perpetrado por Raskolnikov, dicharachero y simpático (y aparentemente un simplón), que finalmente y aparentemente sin ninguna prueba descubre al asesino (la escena en la que le desenmascara es simplemente magistral, a mí me recuerda mucho a la del final de la temporada 3, con Dazai descubriendo a Fyodor para la sorpresa de todos, lo que lleva a su detención). Le había manipulado desde el principio, ni Fyodor (o Raskolnikov) ni la audiencia le vieron venir.
También es importante remarcar que al final de la novela (y durante la misma), Raskolnikov sufre las consecuencias de su “crimen” con el correspondiente “castigo”: el que se inflige él sobre sí mismo (implorando prácticamente al final que lo descubran) y el castigo Divino al final de su relato, en el que cae de rodillas en la plaza implorando el perdón de Dios. Raskolnikov se da cuenta a lo largo de la novela que él no es un hombre “extraordinario”, sino tan solo uno más que debe ser juzgado como el resto, acorde a sus pecados cometidos. Por tanto, en esta novela, todo crimen tiene su castigo, y no hay forma posible de escapar a ello. Es como si fuera una mera acción-reacción; el hecho de cometer un crimen conlleva el castigo oportuno y adecuado a él.
Pasamos así al otro lado del mundo y a una época distinta. No sería hasta 1913 cuando Crimen y Castigo llegaría traducida a Japón, habiendo comenzado a ser escrita en 1866. Sin embargo, Fyodor fue uno de los mayores influyentes en la literatura de Dazai Osamu (Kanagi, Prefectura de Aomori, Japón, 19 de junio de 1909 - Tokio, Japón, 13 de junio de 1948), llegando a ser apodado “El Dostoievski japonés”. No en vano, en Indigno de ser humano aparece un pasaje muy importante en el libro y en la serie de BSD, en el que ambos autores se encuentran y dialogan a través del tiempo y el espacio, en un idioma que solo ellos conocen. (Aparece una representación de cada personaje de BSD en el libro del otro, qué bonitos 🥺)
El existencialismo prima en las novelas de ambos, el cómo sus personajes reaccionan a situaciones extremas, muchas veces impuestas por ellos mismos, con la importancia de temas como el suicidio, la destrucción de los valores familiares, lo grotesco y reencuentro del sentido de la existencia mediante el sufrimiento. Los personajes de ambas novelas vagan perdidos en su existencia, sin un rumbo fijo y en situación de sufrimiento y pobreza espiritual, algo que también incorporó Akutagawa en sus últimos relatos (Engranajes o Vida de un idiota), característicos de la novela del “yo”, importante a comienzos del siglo XX en Japón. Una de las frases más famosas del existencialismo y que lo ilustra muy bien es “Yo soy yo y mis circunstancias”, lo que hace que nos preguntemos cómo cambiaría el ser de una persona en diferentes ambientes y entornos (Dazai en BSD es un gran ejemplo de esto, de cómo las circunstancias cambian a una persona y la hacen ser diferente). Primero se existe, y después se encuentra ese motivo para existir (si os fijáis, muchos de los personajes de BSD son existencialistas, incluso el nombre de la serie hace referencia a ello: “perros callejeros”, sin rumbo).
Como podemos ver, ambos autores parten de las mismas bases. Sin embargo, a diferencia de las obras de Fyodor, en las que utiliza un narrador en tercera persona y con unas ideas que se reflejan en el personaje de BSD, las novelas de Dazai sí están escritas en primera persona (novela del “yo”) con múltiples elementos autobiográficos. Esto también le da una imagen más “fría y despiadada” a Dostoyevsky (es como un juez o un científico que describe lo que ocurre a esas personas que ha puesto en esa situación tan desfavorable), en comparación con la de Dazai, más cercana y con la que es más fácil identificarse (narra sus experiencias personales). Esto también podría verse en la relación de cada uno de los personajes de BSD con sus subordinados: Dazai les trata con más respeto que Fyodor. Los ve como personas con sus defectos y aun así les quiere, y no como objetos de usar y tirar para alcanzar un fin (véase Goncharov en el manga, al que Fyodor utilizó como una rata de laboratorio y le hizo una lobotomía para que no sintiera tristeza… me pregunto dónde estará porque no ha vuelto a aparecer después del final de la tercera temporada).
Ahora pasemos a la escena que nos ha traído a toda esta disertación. Dejo las capturas del manga a continuación (el diálogo está más completo), y más adelante nos centraremos en alguna de ellas:
[...]
Desde un primer momento en BSD se ha comparado a Dazai y Fyodor, pero… ¿y si no fueran sinónimos, sino también antónimos, al igual que los conceptos de crimen y castigo? Hasta ahora hemos hablado de en qué se parecen, pero… ¿qué es lo que les hace diferentes?
Para ello, echaremos mano del fragmento de Indigno de ser humano en la que aparece Dostoievski. En esta escena, Yozo (la personificación de Dazai en la novela) está jugando a los antónimos con un amigo suyo, Horiki:
“- Delito. ¿Cuál es el antónimo? Esta es difícil, ¿eh? – pregunté, aparentando calma.
- La ley – repuso tan tranquilo.
Miré de nuevo el rostro de Horiki. Estaba iluminado de rojo por el neón parpadeante de un edificio cercano y tenía la siniestra dignidad de un policía diabólico que me fulminó.
- No es cierto.
¡A quién se le ocurriría decir que la ley era el antónimo del delito! Pero las personas pensaban de una forma así de simple, por eso podían seguir viviendo. Dicen que los delitos pululan donde no hay policías.
- Entonces, ¿qué es? ¿Dios? Si ya me parecía que olías a curilla cristiano. ¡Qué desagradable!
- No te salgas por la tangente. Busquémoslo entre los dos. ¿No te parece interesante? Me da la impresión de que se puede conocer a alguien solo por la respuesta que dé.
- No creo… El antónimo de delito es bondad. Digamos que un ciudadano bondadoso como yo.
- ¡Déjate de bromas! Pero bondad es el antónimo de maldad, no el de delito.
- ¿Son diferentes maldad y delito?
- Creo que sí. La bondad y la maldad son conceptos inventados por el ser humano, palabras de una moralidad que se fabricó a su gusto.
- ¡Qué pesado eres! Pues entonces será Dios. ¡Dios! ¡Dios! Si dices que cualquier cosa es Dios, seguro que no falla.
[…]
- No son delitos solo las acciones castigadas con la cárcel – murmuré como para mí mismo-. Encontrar el antónimo de delito, creo que podría ayudar a conocer su esencia. Dios… salvación… amor… luz… El antónimo de Dios es Satanás; el de salvación podría ser agonía; el de amor, odio; el de luz, oscuridad; el de bondad, maldad. Delito y oración, delito y arrepentimiento, delito y… ¡Aaah…! Todos son sinónimos. ¿Cuál será el antónimo de delito?
[…]
Crimen y castigo. Dostoievski. Estas palabras pasaron fugazmente por un rincón de mi cerebro, causándome un sobresalto. ¿No sería que Dostoievski había colocado juntas estas palabras como sinónimos sino como antónimos? Crimen y castigo, dos palabras absolutamente incompatibles, tan diferentes como el hielo y el carbón. Me pareció comprender el lago turbio y pestilente, el fondo del caos de Dostoievski, que había pensado en crimen y castigo como antónimos. Estos pensamientos cruzaron mi mente como caballos al galope.”
Fragmento de Indigno de ser humano, de Osamu Dazai. Traducción: Montse Watkins. Editorial SAJALIN EDITORES, España.
Toda esta conversación es como un diálogo entre Dazai y Fyodor (otra vez un personaje dentro del libro del otro autor), refutando uno los puntos del otro hasta que Dazai llega, disgustado y asqueado, a una conclusión final sobre el pensamiento de Dostoievski.
Pero, antes de eso, recordemos las líneas principales del pensamiento de Crimen y Castigo (y también del Fyodor de BSD):
Pasando de nuevo a Dazai, también es importante recordar otra frase de Indigno de ser humano que ratificará la idea que veremos a continuación: “El acto de vivir en sí mismo es la fuente de pecado.”
Dazai, en Indigno de ser humano, rompe con la relación acción-reacción establecida por Dostoievski (al crimen le corresponde un castigo de igual forma), porque el crimen, el pecado, se comete tan solo con el acto de vivir. El mero hecho de existir ya implica que vas a cometer fallos y a pecar. Y a nadie le puedes despojar de su vida, porque entonces estarías cometiendo el mismo crimen del que se le acusa a la otra persona (ojo por ojo, y diente por diente). En el fragmento de los antónimos un solo vistazo en la mente de Dostoievski hace que Yozo se muestre asqueado por la forma de pensar del ruso; aunque le llegue a entender, no comparte su forma de pensar. Para Dazai, una palabra (”crimen”) no implica necesariamente la otra (”castigo”), e incluso va más allá, calificándolas como “absolutamente incompatibles, tan diferentes como el hielo y el carbón”.
De hecho, los personajes de Indigno de ser humano están llenos de fallos, inherentes al ser humano, pecan y cometen delitos y crímenes, pero muchas veces… salen impunes. Es un ejemplo de que el crimen… no necesariamente implica castigo, al contrario de lo que opinaba Dostoievski, esencia que Dazai plasma muy bien en este momento:
¿Qué hay de malo en ello? Simplemente están viviendo, y ellos no tienen la culpa de ser humanos. Por lo tanto, no deben ser castigados por ello.
Y.... ¡hasta aquí puedo leer! Espero que os haya gustado y lo hayáis disfrutado tanto como yo:
Cassie (@Drawingourstory en Twitter) 💙
Actually, in French, which is the original language, Hawk Moth (or Le Papillon) doesn't say 'Dark wings rise'. Instead, he says 'Noroo, transform me', just like the other heroes! The modified it when it was translated into English.
So like,,, I kinda just gotta talk some stuff out
First of all I find it… intriguing? That at least three of the miraculouses are gender coded (earrings, haircomb, necklace) like don’t get me wrong I am actively campaigning for the abolishment of the gender binary but that’s not what I’d expect from a kid’s show (the abolishment, not the gendering)
Now so we know the miraculouses aren’t exactly a one to one senario here. The same miraculous can be shared between two people with very little time span between (wayzz/carapace), and the same person could wield two different miraculouses (alya would have gotten the bee, when she already has had the fox multiple times) Now, does a holder have to renounce the kwami, or just take off the jewelry? Renouncing doesn’t take much time or have any consequences. We know Gabriel suspected Adrian because of his ring, so could either simply taking off the jewelry or renouncing the kwami be a relatively easy way to hide a miraculous? Granted, for someone like marinette this would be far too much trouble to go through, since plain black stud earrings are quite common. But adrien’s ring, which is rather bulky and distinctive? Or the fox necklace, or the bee haircomb? For Nino, the bracelet is pretty inconspicuous, and fits in with his look, but the others are relatively,, rare, especially now that the world knows at least somewhat what a miraculous is, thanks to chloe. I get that for someone like hawkmoth, wherein the miraculous notifies him when someone could be akumatized, this would be inconvenient, but for the heros, whose tell is less a flashing miraculous and more a literal akuma? It’s not even as if the kwamis have some sort of akuma intuition…
Side note, I lowkey hate the fact that hawkmoth’s miraculous comes with an alert. What are its criteria? Will it do the same person more than once? If no, then transformed heros count as separate from their civilian counterparts, right? Would it do this if it were being used for good? Does the good version of the moth miraculous have an emotion requirement? Every other time someone gets a miraculous the kwami has to tell them the key phrase to transform, but “dark wings rise” seems pretty specifically evil (side side note: WHAT IS THE OPPOSITE OF LET’S POUNCE). And if all the miraculouses are intended to be good, they seem a little op to just fight normal crime (granted I do like to call ladybug basically spiderman but like,,, cataclysm? Thats,,, kinda overkill if we’re talking like a bank robbery or something). Aditionally, if the moth was intended to be good, why would ladybug have the power to purify akumas? I can see the need to stop like,, a kind of reverse stoneheart where you just have evryone as copies of the origubal hero, but it generally feels like the moth miraculous should contain the power to purify the akumas, not an entirely other hero. Additionally, the moth is,,, really op, even by miraculous standards. A superhero of your choice? Just like that? Designed to benefit you? Hawkmoth should have the same 5 minute count down everyone else has, so he’s gotta detransform and feed nooroo sometime between akumatization and deakumatization, yet he still maintains the connection to the akumatized villains. There’s conceivably no limit to his rein. Granted it’s unclear who decides the akuma power set, but still. Give him five minutes and he’s duplicated the entire miraculous team (for good or evil). It’s.. kind of a waste to make so many unless you expect some of them to “fall into the wrong hands)
Anyway, the point of this was how multiple miraculouses would work (ei, say marinette managed to hold onto the bee, but gave it to herself because no one was left) - does the costume change? Does the order matter? Do the powers just stack or do they combine into one combo power? Does the time limit change?
There’s just… a lot of unanswered questions floating around in my head
lesbian
gay
bisexual
transgender
queer
pansexual
demisexual
ace
hopeless romantics
cis-men
cis-women
non binary folks
the whole spectrum etc…
follow everyone who reblogs ;)
Please.
Holmes: I think the murders were done by poison. This poison burned on this lamp. The poison and lamp I have here, now.
Watson: Cool but you're not going to light that deadly poison on that lamp here, right? Because that would be insane.
Holmes:
Watson:
Holmes:
Watson:
Holmes: You can leave
Watson, sighing, getting out of his chair: Let me at least open a window...
Holmes, already lighting the deadly poison: Bet.
Basically the Victorian equivalent of: "Would you like me if I were a worm?" 😂😂
I genuinely need to know what the non gay explanation for this part of Valley of Fear is, like what does he MEAN
[text: It was late that night when Holmes returned from his solitary excursion. We slept in a double-bedded room, which was the best that the little country inn could do for us. I was already asleep when I was partly awakened by his entrance.
"Well, Holmes," I murmured, "have you found anything out?"
He stood beside me in silence, his candle in his hand. Then the tall, lean figure inclined towards me. "I say, Watson," he whispered, "would you be afraid to sleep in the same room with a lunatic, a man with softening of the brain, an idiot whose mind has lost its grip?"
"Not in the least," I answered in astonishment.
"Ah, that's lucky," he said, and not another word would he utter that night.]