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Levi Titán - Blog Posts

3 years ago

Supervivientes

Cuando el mundo les había dado la espalda, ellos se encontraron.

Cuando la vida volvió para robarles lo que tenían, ellos defendieron lo que formaron.

Y cuando todo estaba en su contra ellos prevalecieron.

-_-_-_-_-

Habían vivido juntos desde el inicio.

No eran hermanos, pero a la vista de varios parecían serlo.

Se mantenían ocultos en las sombras para evitar que el secreto que guardaban entre ellos fuera descubierto y revelado.

Vivían en la ciudad subterránea, no conocían lo que era vivir en la superficie como muchos otros.

No pensaban involucrarse con nadie más.

No pensaban terminar mal parados por culpa de terceros.

Ellos estaban bien entre ellos simplemente.

No podían estar más que felices con ello.

Más pronto descubrieron que si podrían aumentar su felicidad.

De alguna milagrosa manera y como un regalo divino, Eren había quedado en cinta.

Había sido una gran sorpresa y no podíamos creerlo en un principio, pero la panza mi castaño se había abultado de la nada haciendo notar tres meses de ello, bueno, no de forma exagerada, pero él lo notaba y eso no había hecho más que alegrarnos.

Todo estaba yendo de maravilla.

Bueno, exceptuando el que el menor se viviera quejando que aún quería trabajar y no quedarse en casa reposando.

Bueno, nada más grave que ello.

Hasta que un día o más bien una noche, se adentraron en la casa sin ninguna pizca de sigilo, tirando la puerta, rompiendo las ventanas y corriendo directamente hacia la habitación que compartían ambos, intrusos.

Su sueño era más ligero que el de Eren, mucho más, así que antes de que tiraran la puerta había escuchado movimientos raros.

Había acurrucado a el castaño entre sus brazos, susurrando que se despertara.

Este no lo hizo de inmediato, pero no se tardó demasiado.

Pronto lo sujetó entre sus brazos y se colocó de pie.

- ¿Levi? - El menor le había susurrado, no terminando de entender qué sucedía.

Pero el contrarío no le miraba, simplemente ajustaba el agarre sobre su cuerpo, entendiendo que se preparaba para empezar a correr en cualquier momento.

Esas eran, en todas las ocasiones, malas noticias.

Pronto, personas con equipos tridimensionales les estaban apuntando con sus armas.

Había rodeado su vientre como auto reflejo frunciendo su ceño, esto no le gustaba para nada y sentía que no terminaría bien.

Uno de los tantos hombres se había abierto paso hacía nosotros, hasta quedar frente a frente.

- Acompáñenos sin resistirse, por favor.

Levi sonrió con desagrado.

- Atacaron mi hogar de noche, derrumbando todos los malditos puntos de acceso y apuntando con sus armas contra nuestra vida. - Quito la sonrisa de su rostro y apretó su agarre sobre mi. - ¿Enserio crees que te seguiremos así nada más, maldito imbécil?

No matábamos a nadie, no involucramos a nadie, entonces ¿Porqué a nosotros nos amenazaban?

Porque eso estaban haciendo, amenazandonos.

- Si, creo que aceptaras, por la vida de él.

Pronto la realidad se movió muy rápido y pase de estar en brazos de mi amado a estar temblando en el suelo, tapando mi vientre con miedo y con varias espadas apuntando a mi cuello.

Mis ojos arrasaron de inmediato la habitación completa, hasta encontrar que a una alarmante distancia habían derrumbado a Levi y varios hombres se le habían lanzado para inmovilizarlo.

El sujeto que había estado hablando volteo su rostro hacia mi dirección.

Y en silencio caminó hacia mí.

- ¡Aléjate de él, hijo de puta!

El sujeto me observo el rostro unos segundos, luego observo de reojo a Levi.

- Entonces, ¿Es un trato?

Observe el rostro de mi pareja, encontrándome con su mirada, esa mirada que yo bien conozco, esa que me dice que no piensa ceder tan fácilmente.

Pronto comenzó a forcejear contra el peso que tenía sobre el.

Apreté un poco la tela de mi camisa.

¿Porque demonios todo se volvió de esta manera?

Enfoque mis ojos de nuevo en el sujeto que parecía ser el jefe del grupo y pronto él volteó hacia mí, como si pudiera sentir mi mirada sobre su persona.

Tengo miedo... Tengo miedo de que algo le pase a Levi y a mi bebe, ¡Demonios!

- I-Iremos con ustedes... - Le observe sin apartar mis ojos fruncidos de él, sintiendo el repentino silencio formarse cuando Levi dejó de forcejear.

Por el momento... no es un buen lugar.

*+*+*

-Hijo de perra..

Otro puño fue lanzado hacia los órganos del de cabello oscuro.

- Cuida tu lenguaje con el capitán Erwin.

Ah, podía saborear sangre en su garganta pero no cedería, nunca lo haría, mucho menos si tenían a Eren lejos de él en valla a saber Dios qué condiciones.

La sangre le hervía, estaba furioso.

Alejaron a su pareja, quien está en una condición delicada, de él, quien necesita de sus cuidados no tiene que estar sin el.

- ¿Donde diablos tienes a Eren, bastardo?

- ¿Eren? ¿El otro chico? O, no te preocupes esta bien, no le haremos nada.

- Y tu ¿Te crees que te tomare la palabra, infeliz?

El que se encontraba atado y herido lo observaba rencoroso, rabioso.

Los nervios se lo comían vivo.

¿Donde tiene a Eren? ¿Esta bien? ¿Está herido?

Estos hijos de puta.

- Descuida, tu hermano esta bien, no recibirá mal trato a menos que intente escapar o algo parecido, aunque es menos probable por cómo aceptó venir con nosotros.

Frunció aún más su ceño si eso era posible y pronto una puerta fue pateada con fuerza.

Todas las miradas cayeron sobre el intruso recién llegado y no avisado.

Si algo sabía bien de Eren, era que es terco, muy terco y escurridizo.

El muchacho había pateado la puerta, que un poco más y se hubiera partido, y observo a todo el que encontrarse con una mirada asesina y un aura de ultratumba.

Hasta que se topó con Levi.

En segundos sus ojos cambiaron completamente, de unos que te matarían fácilmente a unos llorosos y aliviados.

No tardó en correr bajo la atenta y sorprendida mirada de todos los presentes, excepto la del de cabello oscuro la cual era aliviada, y arrodillarse junto a su pareja.

El castaño le tomó el rostro desde la mejilla sana, para voltear suavemente el rostro y observar las heridas.

La lluvia de golpes le había dejado variedades de moretones y heridas debajo de la ropa, un labio partido y sangrante, más una mejilla casi lila por un hematoma en su serio rostro.

Lo cual enfadó a Eren.

Levi también observaba atentamente el rostro contrario el cual tenía rasguños y una que otra herida aún sangrante, ello lo enojó, pero no tanto como le preocupo, podrían haber dañado a el fruto de su amor.

- Eren, Eren, ¿Está.. esta bien? - Le había salido en voz baja, si no lo sabían los otros era mejor.

La temperatura subía al igual que su ira, como si se tratara de una tetera, rezaba a quien fuera que le escuchara que su hijo estuviera bien, o correría sangre.

Su pareja a pesar de todo le sonrió, como solo él sabe hacerlo para calmar sus sentidos.

- Esta bien, jamas dejare que lo toquen. - Le había respondido en voz tranquila y baja haciéndole recuperar el ritmo normal de su respiración.

- ¡Capitán Erwin!

Un pequeño grupo de cuatro hombres, soldados aparentemente, había llegado al lugar, agitados y a punto de entrar en crisis.

Un sujeto volteo atendiendo el llamado y solo Levi vio quien era, ya que Eren le estaba dando la espalda y poco le importaba.

- ¡El chico escapó! - El chiquillo se había hecho cargo de los cuatro juntos, no los había matado por milagro y luego había salido de la habitación y lo habían perseguido hasta que lo perdieron, dando como resultado que fueran a avisarle a su jefe, aunque ello dañará sus orgullos como hombres al haber perdido contra un niño en plena formación.

Sin soltar una palabra, el que estaba a cargo volteo su mirada hacia su derecha, obligando a todas las miradas a seguirla hasta toparse con el muchacho, quien estaba tratando de desatar al de cabellos oscuros.

Más de uno se sorprendió observando al muchacho.

¿Un niño cualquiera y sin entrenamientos se había escapado de cuatro soldados experimentados?

Era de reconocer.

El rubio que estaba a cargo pareció sonreír de forma poco perceptible, pero igualmente una persona pudo notarlo y a Levi no le traía ningún buen pensamiento eso.

*+*+*

No habían notado el delicado estado de su pareja, ni siquiera qué es lo eran, pero lo iba a aprovechar al máximo.

No pensaba exponer a experimentos a su familia, los defendería con uñas y sangre.

Se preguntaba una y otra vez acerca de los hechos.

No quería que Eren fuera parte del ejército, mucho menos de la legión de reconocimiento y si les decía éso, preguntarán el porqué y si se le llegaba a salir un "está enfermo", lo revisaran y a partir de ello no tardarían mucho en encontrar el estado de su persona especial.

Pero a partir de lo que pensaba, nada seguía del todo en orden.

Y el hecho de que Eren fuera tan terco no ayudaba a su problema.

Que "él puede", que "no es nadie delicado", y que "estará bien."

¿Qué estará bien?

¡Se lo pueden comer los malditos titanes, maldición!

¿Porque mierda se tuvo que formar esta situación?

¡Por un demonio!

¡Que voy a ser padre! ¿¡Cómo no voy a estar preocupado!?

¡Son mi esposo y mi hijo de quienes hablo, maldición!

Pero, no dejare que nada les suceda.

No mientras esté con vida, hijo de puta.

Vas a tener que intentar con más fuerza para derribarme.

-_-_-_-_-_-_-

Era "bueno en los entrenamientos", eso les oía que me decían.

Pero era lo que menos me importaba.

Que Eren se fuera a mitad de los entrenamientos a vomitar a escondidas, fuera de la vista de todos los entrometidos, eso era lo que si me importaba.

Me salía inmediatamente de los entrenamientos y lo perseguía para estar con él.

Jamás le dejaría solo.

Mucho menos si ocurriera una catástrofe.

Y no tardó mucho en aparecer una.

*+*+*

- Es más alto.. que el muro..

- Eren..

- Si.. Lo se..

_+*+_

El hecho de que el ahora conocido Titan colosal y el Titan blindado trajeran abajo el muro María, provocó mucho caos entre la humanidad.

Demasiadas cosas que manejar.

Demasiados problemas llegaron luego de ese desastre.

Pero de ello no pudo salir ninguna buena situación.

Además de que el bebé parecía crecer a un muy buen y rápido ritmo.

Parecía que sería un mocoso muy revoltoso.

Y grande, demasiado grande.

Eren tenía alrededor de seis meses ya y no podían ocultarlo del todo.

No sabía cómo era que los otros no lo pensaban o eran ciegos y no lo veían.

Y era mejor así.

Pero a la vez no.

A los imbéciles se les había ocurrido ponerlo, a mi castaño, en un cargo importante o algo así.

Y lo querían mandar a misiones, en cuanto las terminarán de planear.

Con destino fuera del Muro Rose.

Él no quería.

Eren era terco, demasiado.

Y él no quería dejarlo sólo.

Ya que el niño podría nacer en los próximos meses.

Ello lo tenía en las nubes y demasiado preocupado todo el tiempo.

¿Qué iba ha hacer si no estaba con su pareja en ese momento crucial de su vida?

No, para nada iba a dejarlo sólo.

Así sólo fuera para generar problemas.

Pero, de un día para otro ocurrió la peor desdicha de todas.

Eren.. perdió al bebé.

$^*^$

No podía hacer más que estrujar a mi pareja entre mis brazos aguantando mi propia amargura.

Mi impotencia al saber que no podría hacer nada.

Y el dolor de Eren.

Porque sabía bien que el que más sufría, era él.

Y me llenaba de coraje el no poder hacer nada al respecto, más que sujetar su tembloroso cuerpo entre mis brazos.

Y escuchar sus dolorosos gritos.

#$/^\$#

Decir que estoy furioso es poco.

Mi pareja sigue en depresión, ausente, dolido, aunque intente esconderlo del resto.

Pero, no puede hacerlo de mi, lo conozco desde toda su vida y no pienso abandonarlo.

Mucho menos en la situación que estamos pasando.

Tsk.

Y todo por culpa de estos infelices que querían que me uniera a esta mierda que defiende los malditos muros.

Amenazandome con que le harían algo a Eren y luego metiéndole a él también.

Malditos hijos de perra.

Como se les ocurre infelices, el meter a mi pareja en todo esto.

Cuando creí que finalmente había ocurrido un milagro llegan ustedes a arrebatarmelo y eso no se los perdonare, bastardos.

#$/&^*^&\$#

- Eren.

Llamaba al castaño, el cual estaba observando el atardecer desde la cima del muro Rose.

Perdido.

Una completa desgracia.

Pero, él no me escuchaba.

- Eren.

No podía verse más bello e indefenso de lo que lo hacían ver los colores de contraste que observaba.

Camine hacia él a paso lento y cuidadoso.

Llegando a uno de sus lados, observando, en cuanto estuve a un lado de él, su hermoso y cautivador rostro.

Ese que me provocó en tantas ocasiones y ahora está repleto de dolor, aunque no lo demuestre.

Desvíe mis ojos hacia el atardecer cambiante que mi castaño observaba con tanta quietud.

Manteniendo el silencio bajo el llameante y escurridizo sol.

- Levi. - Llamó con su baja voz, tratando de no desgarrar la tranquilidad e intentando ocultar el dolor que puedo sentir, incluso en el silencio. - Pude sentir que estaba allí. - Me voltee a observar justo en el momento en que realizó un doloroso gesto.

Acariciaba su plano estómago en donde antes estuvo nuestro retoño.

Apreté mis puños al sentir el dolor en la mirada amarronada que estaba perdida en algún lado al horizonte y la impotencia de no poder hacer nada.

Era.. un asco.

- Yo también.

¥₩¤~¤₩¥

- ¿Quién es él?

El grupo el Erwin debió de dividirse.

Por lo que reclutas de otras divisiones debían juntarse con distintos compañeros.

- El es Rivaille. - Pronunció el rubio sin dejar de observar sus papeles, pero sabiendo a quién se refería sin mirarlo. - Es muy bueno en batalla, pero tiene un carácter duro.

- No parece ser malo. - Dijo observando el trato suave hacia aquél castaño que tampoco conocía pero que parecía un niño.

Eso provocó que el de ojos azules elevará la vista hasta aquélla escena.

- El muchacho es Eren, no tiene apellido, pero vino desde el principio con Rivaller, es el único con el que no es cortante, creo. - La muchacha escuchó y quiso comprobar aquellas palabras, pero no tenía tiempo ahora debía terminar sus tareas.

#*&$&*#

Era calculador, frío, distante.

Con sus acciones dejaba muy en claro que no le importaba nada.

Nada que no tuviera la palabra Eren metida en medio, pero eso nadie lo sabía.

Por el momento.

A la hora de atacar era preciso, rápido e imperturbable.

Pronto cayeron en cuenta de que era un soldado ejemplar, quizás el Hombre Más Fuerte de la Humanidad.

Una gran subida de ánimo.

Si tan sólo hubieran más como él.

Pero ya era hora de salir de expedición.

No había tiempo de fantasear.

#*/&\*#

- ¡Eren!, ¡Ve hacia ese lado! - Había gritado a su castaño para que dará un giro para perder los enormes cuerpos que los seguían.

- ¡Detrás de ti! - Más no tuvo tiempo de preocuparse por sí mismo, el castaño le había gritado advirtiendo, pero no había sido la bastante rápido para ello.

Terminó siendo empujado del caballo por un titán extraño que lo había empotrado hacia algún lugar en medio de todo el espacio abierto.

Donde a la lejanía podían verse variable cantidad de Titanes normales acercándose.

Iba a morir.

Ese titán extraño lo observaba y caminaba en círculos alrededor suyo, acechándolo.

Pero no podía hacer nada, estaba aturdido y no podía mover su cuerpo.

Apenas y podía entreabrir sus ojos para ver su propio final.

Más ese momento en que el gran cuerpo se lanzó hacia el desmayado pelinegro, un rayo partió el cielo sin una sola nube en el, abriendo paso para un enorme rugido.

Luego pesados golpes hicieron aparición junto a alguna especie de temblor y rápidamente un cuerpo gigante de un titán, lanzándose de la misma nada, propinándole un puñetazo al titán extraño que había tumbado al de menor altura momentos antes.

Mandandolo partido a la mitad lejos del pelinegro.

El titán de pie se arrodilló en la tierra y tomó entre sus manos el pequeño cuerpo que era cubierto por una capa verde hasta acercarlo a su rostro.

- ¿Eren..?

Más escuchándolo se colocó de pie y comenzó a correr hacia donde se habían estado dirigiendo, las tropas del Escuadrón de Reconocimiento desde el inicio.

Encontrando unos cuantos caballos bien a lo lejos junto con titanes cerca de ellos persiguiendolos.

Por lo que pasó a sostener con una sola mano el pequeño cuerpo herido y aceleró sus pasos más que dispuesto a tumbar a los demás titanes.

Quitarlos del camino.

- ¡Señor!, ¡Ahora son seis! - Gritó uno de los reclutas, observando al rubio que estaba a cargo.

- Sólo aceleran el paso, ¡Ya casi llegamos! - Ordenó observando tan sólo un segundo al nuevo titán que se acercaba por detrás de los que ya los perseguían.

Era rápido.

Era un anormal.

Debían pensar en una buena defensa.

¡Y luego atacar!

$*&#&*$

¿¡Qué diablos estaba sucediendo!?

¿¡Un titán atacando a otros!?

Esto era aún más extraño de ver.

Además los ignoraba, ¿Uno demasiado extraño, quizás?

El enorme titán lanzaba puñetazos para tirar a sus oponentes, y una vez en el suelo les pisaba la nuca de forma furiosa.

¿¡Cómo diablos sabía del punto débil!?

¡Además era condenadamente fuerte!, ¡Tiraba a cualquiera al suelo!

En un momento en que dejaron de aparecer las enormes bestias, esté que nos había 'protegido' se dio la vuelta y se acercó a nosotros a pasos lentos.

Ellos nos obligó a retroceder, ¿y si ahora nos atacaba?

¡Debían huir!

Se dejó caer de rodillas de repente al suelo frente a ellos sorprendiendolos, bajo sus manos abriéndose lentamente frente a ellos, dejando ver el cuerpo de un soldado del Escuadrón.

- ¿Rivaller?

- ¿Qué..?

¿¡Qué diablos estaba sucediendo!?

#*$&$*#

Habían llegado al castillo seguro.

Al menos por el momento.

No sabían que podría suceder de un momento a otro.

El titán extraño los había seguido todo el camino, observando hacia todos lados como si estuviera buscando algo o vigilando, no podía saberlo con exactitud.

Toda la situación era extraña, por demás extraña, pero mientras esa cosa no los atacará y los estuviera defendiendo no podía decir nada.

Todo eso lo traía sin cuidados.

Era un acto suicida de su parte, pero era lo mejor que tenían, según su forma de pensar.

Al menos por ese momento.

¿Un titán actuando como humano?, bastante extraño.

Parecía la encarnación de la furia de la humanidad.

El de baja estatura estaba siendo revisado.

Pero no debía de tener nada más que un brazo fracturado, nada que no se pudiera reparar.

El titán se había quedado merodeando alrededor del castillo, mientras ellos estaba dentro contando los soldados que habían llegado y los pocos que comenzaban a llegar.

Más los gritos de estos últimos.

- ¡Hay un titán extraño afuera! - Llegaba uno y gritaba como si no lo supiéramos ya.

- Ya lo sabemos soldado. - Más estos no podían guardar la sorpresa, porque podríamos vencerlo, quizás, si atacamos todos juntos.

Pero no por el momento era mejor si teníamos algo de "ayuda".

- Pero Capitán- Más eso no daba lugar a reproches.

- Pero nada soldado, por el momento es nuestro mejor escudo. - Intentó explicar sus decisiones, sacando de su tranquilidad a más de uno al escucharlo.

-¿¡Como que escudo!? !Esa cosa nos va a matar! - ¿Porque no podían entenderlo?

#*&$^$&*#

Uno tras otro iban llegando, tanto titanes como soldados con titanes detrás de ellos, pero los gigantes eran interceptados y masacrados por el que se encontraba merodeando el castillo en ruinas.

Sacando en su sorpresa a más de uno.

No podía ser más extraño.

Hasta que llegaron la tercera parte de todas las tropas que habían partido.

- Capitán.. - Si, ya lo sabía.

El de más alto rango levantó su cabeza y observo a todos los de esa habitación, que apenas era iluminada por algunas velas, puesto que la noche les había sorprendido.

- Cuando lleguemos lo capturaremos, sino, lo desapareceremos como al resto. - Fijó su mirada, dando a entender que no bromeaba al respecto, esa era su orden.

En una hora más saldrían, ya que los titanes no salen de noche.

Excepto los extraños.

Dato olvidado.

¤-^&^-¤

Grande fue su sorpresa al notar que el titán que los había estado siguiendo, seguía allí.

Sentado en el suelo y observando hacia el cielo, dándoles la espalda.

En ese momento Erwin pensó que si ese titán no dormía de noche lo mejor era que el los siguiera hasta los muros y allí lo atraparan.

Si salían de día tendrían que lidiar con varios titanes aparte de ese.

Pero si salían ahora y ese titán seguía, con suerte, sin atacarlos, lo capturarían e incluso lograrían intentar experimentar con él.

Observó de reojo detrás suyo a quienes manejaban la carretilla en la cual mantenían algunos suministros y a Rivaller con un brazo y una pierna vendados.

Ahora debían de ser más precavidos.

- ¡Adelante! - Dio la orden alzando la voz.

Debían llegar al muro con vida.

Y tomarían un tiempo más antes de tomar otra expedición.

#*&^&*#

El pelinegro abrió sus ojos repentinamente, sentándose en su lugar.

Notando las sábanas de una camilla y que estaba en la sala de atención médica.

No podía ser más problemático.

Unos gritos lo sacaron de su sorpresa momentánea.

- ¿¡Qué se supone que eres!? - No lograba entender de quién era esa voz, pero no le importaba, ya no le importaba después de escuchar lo siguiente. - ¿¡Un humano o un Titán!?

Sólo podía pensar en una cosa en ese momento.

- ¡EREN!

No era el mejor reencuentro.

Se puso de pie, importando poco el brazo roto y la pierna herida, el salvaría a su pequeño.

No permitiría que le hicieran más daños mientras siguiera vivo, aún si tuviera que destruir a la humanidad en el proceso.

Empujó la puerta y movió a un lado las personas que estaban metidas en medio de su camino escuchando, las cuales quizás volteaban a verle de forma extraña, pero le importaba una mierda.

A una distancia no muy grande pudo observar la hilera de hombres armados de las Tropas Estacionarias formando una barrera, importando mucho menos.

Corrió lo mejor que pudo hacia ellos y los hizo a un lado empujando con su golpeado cuerpo, sorprendiendolos en el proceso y no dándoles la suficiente atención, y siguió corriendo ahora hacia el castaño que podía observar claramente.

¿Cuánto tiempo había pasado?

¿¡Qué había pasado!?

Y no era tonto, suponía que habían visto a su Eren salir de un titán, pero lo que no podía saber era ¿Por qué Eren se había dejado ver?

Su castaño era demasiado inocente y demasiado bondadoso.

Seguramente no pensó todo eso muy a fondo.

O quizás había estado bajo demasiado peligro para poder pensarlo.

Ya me había acercado considerablemente a él.

- Eren. - Tome su rostro con mi mano sana y le observe preocupado. - ¿No te hicieron nada? ¿Estás bien?

Él no estaba bien, perder a nuestro pequeño cuando estábamos a poco tiempo de tenerlo en nuestros brazos, lo afectó demasiado.

Esta muy herido y débil para pensar de forma correcta.

- Levi.. Estás bien.. - El me tomaba de mi rostro con sus dos pequeñas y tibias manos, observando con sus ojitos verdes llenos de lágrimas. - Ellos me vieron.. los seguí hasta el muro...porque había muchos titanes.. y termine trepando.. y me vieron..

Su pequeño se lanzó a él, aferrándose a su cuerpo mientras lo abrazaba, lo sentía temblar.

Por lo que simplemente le daba caricias en su espalda mientras le besaba la cabeza.

Ya estaba demasiado dañado emocionalmente para que llegarán estos ineptos a herirlo aún más.

Lleve mis ojos desde mi Eren hacía el que encabezaba las órdenes, de reojo y fruncí mi ceño.

Ese hijo de perra.

- ¿¡Qué son ustedes!?, ¿¡Humanos o titanes!? - Gritó aterrado ese bastardo, desde lejos se sentía su miedo.

No tenía problema en matarlo, ¿Cómo diablos se atrevían a maltratar a mi pequeño?

Más no tuve tiempo de contestarle a ese malnacido, porque Eren me volteó el rostro para que lo observará.

Me observó con una mirada melancólica, repleta de lágrimas y con una pequeña sonrisa temblorosa, moviéndose para soltarse de mi agarre y poco después de eso caminando hasta pararse entre todos los soldado y mi cuerpo aún arrodillado en el suelo.

No entendía nada, pero esa mirada..

Me había demostrado cuán herido estaba mi todo.

- ¡Soy un Titán! - Lo oí gritar fuertemente, mientras hacía ese saludo extraño a los soldados, dándome la espalda.

¿Qué..?

Como extraño a mi bebé.

*^&#&^*

Todo era un completo caos.

El sujeto ese de mierda se había asustado tanto, porque si, sabía que se había asustado como todos y cada uno de los humanos de porquería que hay, y había gritado sin más las órdenes de aniquilar a Eren, y a mi como daño colateral.

Les importa esto una reverenda mierda.

Observe su brazo bajar y a lo lejos el sonido del cañón siendo disparado.

Debo transformarme, tomaría a Eren y saldríamos de aquí trepando el muro, pero ¿Luego qué?

Hay titanes afuera.

Y ¿Quién sabe si afuera de los muros hay más?

Es muy arriesgado.

Pero..

Observe furioso a esos humanos, pensando en que quizás matarlos a ellos no sería tan difícil.

Pero, antes de poder hacer algún movimiento alguien me tomó por mis hombros, sintiendo poco después el calor conocido de mi Eren, quien me hizo voltear a ver desde donde venía la bala de cañón.

Apenas logré observar de reojo como se llevaba su mano hasta sus labios.

Lo cual no pude evitar observar sorprendido, ¿¡Que trata de hacer!?

- ¡Eren!

Más mi grito fue tapado por la estridente y repentina caída de un rayo que partió el cielo sin una sola nube y levantó una gran cortina de humo y tierra, tapando todo ésto.

Estaba seguro de que termine acostado en el suelo, porque perdí el equilibrio al último momento.

Soy un imbécil.

Yo tendría que protegerlo.

$#&#$

- Es.. Es un Monstruo..

La tierra se hizo a un lado y dejó que poco a poco los terceros encontrarán la escena detrás.

Un enorme titán, quizás no por completo, con huesos a la vista y con algunas zonas con algo de piel y carne.

Y bueno, la cabeza del titán en el suelo, muy cerca de una de sus manos que estaba sobre el cuerpo de una persona, casi como sirviendo de escudo.

Los gritos no tardaron en salir, aunque más de uno estaba mudo del susto.

Mientras el monstruo y el soldado con el, se observaban.

Simplemente eso.

_&_%_&_%_&_

A Levi lo último que le importaba era lo que sea que los soldados pensarán de él.

Ya no le importaba si descubrieron el afecto nada escondido detrás de la forma en que trataba a su Eren, porque nadie aceptaría una relación tan extraña y fuera de la moral como lo es una entre dos hombres.

Quizás lo condenaran a ser castrado, pero aún si no tenía miedo de ello no permitiría que pusieran una sola mano sobre Eren ni con esas intenciones ni con otras, buscaría la forma de que escaparan ambos aún si tuviera que transformarse él mismo.

(Lo cual era arriesgado, muy arriesgado)

Su pequeño estaba encerrado en una celda mientras se preparaba un juicio para que la humanidad decidiera qué hacer con él.

Aunque a él mismo no lo habían dejado salir de una celda tampoco, porque creían que estaba conspirando contra la humanidad uniendo fuerzas con los titanes, y aunque no sabía cómo habían llegado a la idea de que podría cooperar con los gigantes que podrían matarlo, no estaban tan equivocados de que apoyaba a uno, aunque ya no pensarán que podría ser uno también.

Estaba tratando de formar una especie de plan para escapar si el juicio terminaba mal, porque definitivamente no dejaría que nadie le ponga a Eren una sola mano encima para hacer experimentos u otra cosa.

La humanidad podría ser tan despiadada a veces.


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